Buscando Rentabilidad y Liquidez en los Activos Alternativos
La crisis social de octubre de 2019 produjo cambios estructurales en los portafolios de los inversionistas de alto patrimonio, los cuales se encontraban muy concentrados en activos locales. Es por ello, que en búsqueda de una mayor diversificación se vio una fuerte migración hacia activos financieros fuera de Chile para minimizar el riesgo país y de tipo de cambio. Pero el nuevo equilibrio no sólo traería un cambio en las ponderaciones por moneda y ubicación geográfica, sino que también se vio una fuerte sobre ponderación por activos de corta duración, sesgo que se hizo aún mayor a raíz de la pandemia del Coronavirus. Algunas de las razones que explican este premio por liquidez, es que muchas empresas o negocios podrían requerir inyecciones de capital en el corto plazo. La inestabilidad política o oportunidades para arbitrar distintos instrumentos financieros son otras de las causas.
Por otro lado, es importante mencionar que a raíz de la crisis sanitaria los distintos gobiernos y Banco Centrales en todo el mundo han implementado una serie de paquetes y estímulos a través de políticas fiscales y monetarias expansivas, para mantener la liquidez en los mercados y así mantener la economía en marcha. No es raro entonces, ver que la TPM y otras tasas de referencias como la TIP (tasa promedio de colocación de instrumentos de corto plazo de los bancos) estén en su mínimo histórico, arrastrando a la baja los retornos de renta fija y otros instrumentos de intermediación financiera de corto plazo, como depósitos a plazo de 30 y 60 días, que hoy se encuentran con rendimientos cercanos al 0% nominal.
En este contexto, la administración de liquidez se ha transformado en uno de los principales desafíos para los inversionistas en el corto plazo. Esta mayor demanda por activos de corta duración también ha desafiado a los proveedores de activos alternativos, los que, si bien se caracterizan por entregar mayores retornos, tienen un horizonte de mayor plazo.
Esta situación ha llevado a innovar a los equipos de inversiones de distintas administradoras de fondos, para así poder encontrar una combinación que ofrezca los atractivos retornos de la deuda privada, pero con la liquidez de los activos de deuda pública. Es por ello, que hemos visto un fuerte incremento en el mercado de distintos fondos de duda privada que tienen facturas como único subyacente, las que se caracterizan por su corta duración (30 a 60 días). Pero ese no es el único atributo de las facturas, también permiten una adecuada diversificación por deudor y fuente de pago, lográndose carteras atomizadas, donde la factura promedio es menor a los 10 millones de pesos.
Ahora bien, dado esta nueva oferta de fondos de deuda privada de corto plazo, ¿qué es lo importante que se debe tener en consideración a la hora de invertir?
Lo primero es entender el nivel de riesgo de la cartera de facturas, y para ello hay que conocer quiénes son los deudores. Normalmente se tiende a asociar a las facturas con pequeñas y medianas empresas, pero lo que verdaderamente importa, y debe privilegiar el inversionista, es quién paga la factura y no quién la emite. Una cartera formada por pagadores estatales, como municipalidades o mineras estatales, hoy tiene un riesgo más bajo que una cartera conformada por empresas ligadas al turismo, por ejemplo. Otro tema muy importante para tener en cuenta es que pasa si el deudor no logra pagar, ¿quién es el siguiente en la fila? Algunos fondos de inversión que son proveedores de financiamiento para factroings, firman un acuerdo de responsabilidad, en el que éstos se hacen cargo de pagar las facturas en caso de que el deudor no lo haga. Esta es una segunda fuente de pago que mejora sustancialmente el riesgo del instrumento de inversión. Adicionalmente es muy importante conocer la política de provisiones de la cartera y su porcentaje de morosidad entre otros índices.
También hay fondos en el mercado que ofrecen una serie preferente para los inversionistas. La ventaja fundamental de ésta radica en que los inversionistas pueden recibir un retorno preferente, que se paga primero y por lo tanto es la serie residual la que asume las primeras pérdidas de la carteta en caso de haberlas. Esto se podría considerar como una tercera fuente de pago en caso de incumplimiento del deudor. Mientras mayor sea el nivel de cobertura de la serie residual, más seguro es el instrumento para el inversionista. Otra ventaja de una serie preferente -dependiendo como se estructure- es que ésta pueda tener un devengo preferente fijo, lo que permite al inversionista poder saber con antelación cual sería el retorno de su inversión y poder programar de mejor manera el uso de fondos.
Del punto anterior se desprende otro tema clave, la liquidez del fondo. De poco sirve un fondo de inversión que este pensado para la administración de los recursos líquidos, si no contempla una política de rescate apropiada o alternativamente cuente con un mercado secundario profundo. He aquí uno de los secretos más importantes para lograr rendimiento y liquidez en un solo instrumento.
Si bien el análisis a realizar previo a invertir en un fondo de estas características debe ser mucho más extenso, éstos son los puntos principales por donde empezar.
Cristóbal Grez,
Gerente de Clientes Privados
Frontal Trust