Infraestructura social: el eslabón crucial de la cadena
Chile tiene todavía déficits importantes de infraestructura. Sin embargo, antes de retomar el camino que veníamos recorriendo, debiéramos considerar las carencias que ha dejado al descubierto la crisis social, sanitaria y económica que nos afecta, y en el corto plazo focalizar este tipo de inversiones énfasis en los sectores vulnerables.
Todavía no sabemos cómo será la vida post pandemia, pero está claro que vamos a seguir moviéndonos, comunicándonos, necesitando agua y electricidad; sin embargo, la crisis sanitaria ha hecho visible lo importante que es tener lugares de esparcimiento, sobre todo para las personas que viven en casas o departamentos chicos. Está comprobado que tener un lugar donde hacer deporte, jugar o un espacio donde encontrarse con los vecinos al aire libre, es fundamental para la calidad de vida.
Algo de esto se vio en el último plan de infraestructura que presentó el gobierno y que involucra más de US$ 34.000 millones durante el período 2020 y 2021. No solo hay importantes proyectos de construcción, mejoramiento y ampliación de caminos, puentes, obras hidráulicas y aeropuertos, también hay comisarías, escuelas, centros de salud, museos, teatros, edificios consistoriales, entre otros.
Todas estas iniciativas se han puesto bajo el nominativo de infraestructura social y son estructuras necesarias para que una sociedad funcione adecuadamente. Históricamente, la construcción y mantenimiento de este tipo de instalaciones estaba a cargo del sector público. Pero producto de la pandemia, el Estado se ha desfinanciado y ha asumido muchos compromisos, por lo tanto, debería apoyarse en el sector privado para que estas inversiones no presionen a corto plazo la caja fiscal.
Y esto no es una idea muy novedosa. El año 2006, con el lanzamiento en el Reino Unido del primer fondo de infraestructura (HICL), estos activos de infraestructura social se convirtieron en una clase invertible. A lo largo de los últimos 20 años, más de 700 proyectos se han financiado con unos 60.000 millones de libras de capital privado (US$ 80.000 millones al tipo de cambio actual)
La posibilidad de invertir a largo plazo, con flujos respaldados por el gobierno y rentabilidades atractivas, ha permitido que estos activos reciban importantes aportes de capital en muchos países. Por todos estos motivos, las infraestructuras sociales pueden convertirse en una fuente de diversificación muy interesante.
Para que esto se concrete, se requiere aunar la voluntad política en un amplio espectro para validar la inversión privada en este tipo de proyectos; desarrollar proyectos que sean económica y socialmente rentables; y adaptar la institucionalidad existente a este tipo de proyectos. Si se dan estas condiciones, el sector privado, vía fondos de infraestructura como los que administramos en Frontal Trust, estará ahí para financiarlos.
Ver carta publicada por el Diario Financiero
Portfolio Manager Infraestructura
Frontal Trust